Si has escuchado de pasada esta denominación y no sabes a qué se refiere, sigue leyendo. Te explicamos qué es y qué beneficios fiscales tienen estas empresas.
Las entidades o empresas de reducida dimensión son aquellas con un importe neto de la cifra de negocio por debajo de 10 millones de euros. Teniendo en cuenta este límite, dentro de las empresas de reducida dimensión encontramos un abanico amplio formado por micropymes, pequeñas y medianas empresas. Las que superan esta cifra se consideran grandes empresas.
Todas las empresas de reducida dimensión se benefician de una serie de incentivos fiscales. Estos son los principales:
— Libertad de amortización. Pueden deducirse por inversiones generadoras de empleo y en inversiones de escaso valor que cumplan lo dispuesto en la Ley del Impuesto sobre Sociedades.
— Amortización acelerada. También cuentan como gastos deducibles la adquisición de elementos nuevos (tanto materiales como intangibles) y las inversiones inmobiliarias en unos supuestos determinados. Para el caso concreto de los contribuyentes cuya actividad se rija por el régimen de estimación directa podrán deducir la pérdida por deterioro de los créditos.
— Deducibilidad de las pérdidas por deterioro de los créditos comerciales por insolvencias.
— Arrendamiento financiero. Se considera gasto deducible la parte de las cuotas correspondientes a la recuperación del coste que han tenido los bienes amortizables.
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